Los campos eléctricos y magnéticos se producen de forma natural y también proceden de fuentes artificiales.
La mayoría de nosotros estamos acostumbrados a las comodidades electrónicas de la vida moderna. Pero pocos somos conscientes de los posibles riesgos para la salud que presentan los artilugios que hacen funcionar nuestro mundo.
Nuestras líneas eléctricas, teléfonos móviles, microondas, routers Wi-Fi, ordenadores y otros aparatos envían una corriente de ondas de energía invisibles.
Los campos eléctricos y magnéticos (CEM) se producen en cualquier lugar donde se utilice electricidad, incluidos el hogar y el lugar de trabajo.
Algunos expertos están preocupados por los posibles efectos de estos campos sobre la salud. Pero, ¿deberíamos preocuparnos?
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¿Qué son las ondas electromagnéticas?
Desde el principio del universo, el sol ha enviado ondas que crean CEM (campos electromagnéticos), o radiación.
Al mismo tiempo que el sol emite CEM, podemos ver cómo irradia su energía. Es la luz visible.
A principios del siglo XX, las líneas eléctricas y la iluminación interior se extendieron por todo el mundo.
Los científicos se dieron cuenta de que las líneas eléctricas que suministraban toda esa energía a la población mundial emitían CEM, igual que hace el sol de forma natural.
Con el paso de los años, los científicos descubrieron que muchos de los aparatos eléctricos emergentes también creaban CEM.
A medida que avanzaba el mundo de la medicina, se descubrió que muchos de sus equipos de diagnóstico y tratamiento, como los aparatos de diagnóstico por imagen para radiografías y tomografías computarizadas, también emitían CEM.
Hoy en día, el 90% de la población mundial tiene acceso a la electricidad y utiliza aparatos eléctricos.
Eso significa que se crea mucha electricidad y CEM en todo el mundo.
Pero incluso con todas esas ondas, los científicos no suelen pensar que las ondas electromagnéticas sean un problema para la salud.
Tipos de exposición a la radiación electromagnética
Existe radiación en lo que se denomina espectro electromagnético. Estas radiaciones van desde las de muy alta energía (llamadas de alta frecuencia) en un extremo del espectro, hasta las de muy baja energía (o baja frecuencia) en el otro extremo.
Algunos ejemplos de radiación de alta energía son:
- rayos X
- rayos gamma
- algunos rayos ultravioleta (UV) de alta energía
Se trata de radiación ionizante, lo que significa que esta energía puede afectar a las células a nivel atómico, eliminando un electrón de un átomo, o «ionizándolo».
La radiación ionizante puede dañar el ADN y las células del cuerpo, lo que puede contribuir a mutaciones genéticas y cáncer.
En el otro extremo del espectro está la radiación de frecuencia extremadamente baja. Es un tipo de radiación no ionizante. Puede mover átomos en el cuerpo o hacerlos vibrar, pero no está claro si es suficiente para dañar el ADN o las células.
En resumen, éstos son los dos tipos de radiación a los que puedes estar expuesto:
Radiación de alta frecuencia
Éste es el tipo de radiación ionizante. La literatura científica coincide en que grandes exposiciones pueden dañar el ADN o las células.
Los aparatos médicos como las máquinas de rayos X y las tomografías computarizadas producen niveles bajos de este tipo de radiación.
Otras fuentes son la radiación gamma procedente de elementos radiactivos y la radiación UV de las camas bronceadoras o del sol.
Radiación de frecuencia baja a media
Este es el tipo de radiación no ionizante. Es leve y se cree (aunque aún se está estudiando) que no es tan dañina para las personas.
Los electrodomésticos como los hornos microondas, los teléfonos móviles, los secadores de pelo y las lavadoras, así como las líneas eléctricas y las resonancias magnéticas, producen este tipo de radiación.
Las ondas electromagnéticas no ionizantes proceden tanto de fuentes naturales como de origen humano.
El campo magnético terrestre es un ejemplo de CEM natural. las ondas electromagnéticas de origen humano se clasifican en dos tipos, ambos generados por radiaciones no ionizantes:
Radiación de frecuencia extremadamente baja (CEM-ELF)
Este campo de radiación no ionizante puede ser generado por diversas fuentes, como líneas de alta tensión, cableado eléctrico y aparatos personales como afeitadoras eléctricas, secadores de pelo y mantas eléctricas.
Radiación de radiofrecuencia
Este campo de radiación no ionizante es emitido por dispositivos inalámbricos, como teléfonos móviles, contadores inteligentes, tabletas y ordenadores portátiles.
También la generan las señales de radio y televisión, los radares, las estaciones de satélite y las máquinas de resonancia magnética.
¿Cuáles son los efectos secundarios de la exposición a las ondas electromagnéticas?
La exposición a corto plazo a las radiaciones no ionizantes es relativamente inocua.
Dado el estado casi constante de exposición a CEM que experimentamos a diario, aún no se ha investigado suficientemente si las ondas electromagnéticas son o no perjudiciales para los seres humanos en nuestro nivel actual de exposición.
Aunque la comunidad científica aún no ha llegado a un consenso sobre la seguridad de la exposición a las ondas electromagnéticas a largo plazo, algunas personas pueden ser más susceptibles a los efectos secundarios de las ondas electromagnéticas, en lo que la Organización Mundial de la Salud denomina hipersensibilidad electromagnética.
Los efectos secundarios causados por la hipersensibilidad electromagnética incluyen:
- Afecciones dermatológicas (enrojecimiento, hormigueo o sensación de quemazón)
- Fatiga/cansancio
- Dificultad de concentración
- Mareos
- Náuseas
- Palpitaciones
- Problemas digestivos
Por supuesto, no todo el mundo padecerá hipersensibilidad electromagnética, pero no hay nada malo en tomar medidas preventivas en relación con las ondas electromagnéticas.
Veamos qué puede efectos puede causas las ondas electromagnéticas en nuestra salud:
Dificultad para conciliar el sueño
¿Cómo puede afectar la exposición a las ondas electromagnéticas a la calidad del sueño?
La razón principal por la que las ondas electromagnéticas pueden afectar negativamente a nuestra calidad del sueño se debe a su interferencia con la producción de melatonina en el organismo, concretamente a las alteraciones del ritmo de producción de melatonina pineal en el organismo.
La melatonina es una hormona que nuestro cuerpo produce para regular nuestro ritmo circadiano (reloj interno) y el sueño, por lo que las alteraciones en la producción de melatonina pueden desordenar salvajemente nuestro ciclo de sueño.
En cuanto a si la exposición a las ondas electromagnéticas puede afectar o no a la calidad del sueño, se ha investigado mucho sobre el tema.
Un estudio publicado por la revista Nature and Science of Sleep concluyó que tener el móvil cerca de la almohada mientras duermes se correlaciona positivamente con la somnolencia diurna, las alteraciones del sueño y el aumento de la latencia del sueño.
Otro estudio muestra una correlación positiva entre la exposición laboral a CEM de frecuencia extremadamente baja y la calidad del sueño.
Teniendo en cuenta la información anterior, se puede afirmar que algunas pruebas sugieren una correlación entre la exposición a CEM y el empeoramiento de la calidad del sueño.
Dañan la mielina
La mielina es una sustancia blanca y grasa que envuelve el extremo de muchas células nerviosas. Forma una vaina eléctricamente aislante que aumenta la velocidad de las condiciones nerviosas.
En otras palabras, permite que tu cerebro envíe información más rápida y eficazmente, por lo que es absolutamente esencial para el funcionamiento óptimo de tu sistema nervioso.
Este trabajo de investigación explica que existe una asociación entre las ondas electromagnéticas y el deterioro de la mielina.
Los investigadores afirman que existe «una relación entre la exposición a las ondas electromagnéticas de radiofrecuencia y el deterioro de la mielina o un impacto directo en la conducción neuronal, que puede explicar muchos síntomas de electrohipersensibilidad».
Contribuyen al trastorno bipolar
Las ondas electromagnéticas pueden contribuir al trastorno bipolar. Existe un sorprendente estudio de caso de una persona llamada Carmen, de Virginia Beach.
Explica que limitar su exposición a las ondas electromagnéticas mejoró significativamente sus síntomas de trastorno bipolar.
Es importante señalar que menciona que también experimentó síntomas por las luces fluorescentes y tuvo que cambiar las bombillas de su casa.
Es probable que esto se deba a los efectos negativos para la salud de la iluminación LED azul.
Alteran las proteínas cerebrales
Las investigaciones demuestran que la exposición prolongada a las ondas electromagnéticas altera significativamente la expresión de 143 proteínas del cerebro.
¿Qué significa esto para nosotros?
Los investigadores explican que estos cambios pueden afectar a la plasticidad cerebral, aumentar el estrés oxidativo en el sistema nervioso y explicar afecciones como dolores de cabeza, trastornos del sueño, fatiga, déficits de memoria y tumores cerebrales.
Aumentan la ansiedad
Las investigaciones demuestran claramente que la radiación de la tecnología inalámbrica afecta al sistema nervioso autónomo y aumenta la ansiedad y el estrés.
En concreto, pueden provocar alteraciones neuróticas al regular al alza el sistema nervioso simpático y a la baja el parasimpático.
En otras palabras, puede aumentar directamente tu respuesta de «lucha o huida», haciendo que estés crónicamente estresado y ansioso.
Y los investigadores están dejando claro que no está sólo «en la cabeza de la persona». Un informe explica que la respuesta al «electrosmog es fisiológica y no psicosomática». En otras palabras, afecta realmente al cuerpo de la persona.
Por desgracia, «quienes experimentan una hipersensibilidad prolongada y grave a las ondas electromagnéticas pueden acabar desarrollando problemas psicológicos«, comportamientos relacionados con el estrés y trastornos de ansiedad debido a su incapacidad para trabajar, y al estigma social de que sus síntomas son imaginarios y no reales.
Afectan a los neurotransmisores
Las ondas electromagnéticas también afectan a los neurotransmisores, las sustancias químicas que comunican información por todo el cerebro.
Un estudio descubrió que la radiación de los teléfonos móviles altera significativamente los niveles de serotonina, dopamina y norepinefrina en el cerebro.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que éste puede ser el motivo por el que la gente afirma experimentar estrés, problemas de memoria y dificultades de aprendizaje por la exposición a las ondas electromagnéticas.
Afectan a la función tiroidea
El tiroides es una pequeña glándula con forma de mariposa situada en el cuello, debajo de la manzana de Adán.
Tu glándula tiroides desempeña un papel clave en la salud y el funcionamiento óptimos de tu cerebro. Puede influir en tu cognición, concentración, estado de ánimo, memoria y emociones.
Los investigadores han descubierto que la exposición a las ondas electromagnéticas puede afectar a la estructura y el funcionamiento de la glándula tiroides.
Un estudio descubrió que los usuarios intensivos de teléfonos móviles tienen niveles de TSH más altos de lo normal y niveles de T4 más bajos de lo normal.
Estos niveles anormales están relacionados con la disfunción tiroidea y el hipotiroidismo (tiroides baja).
Éstos son algunos de los síntomas cerebrales y mentales de la tiroides baja más comunes:
- Fatiga crónica
- Niebla mental
- Bajo estado de ánimo
- Falta de memoria
- Debilidad
- Pereza
No es sorprendente que éstos sean también síntomas comunes de hipersensibilidad a las ondas electromagnéticas.
Pueden empeorar los síntomas del autismo
Un informe publicado en la revista Pathophysiology señala que el autismo implica muchas alteraciones biológicas que son muy similares a los impactos fisiológicos de las ondas electromagnéticas y la radiación de radiofrecuencia.
Los investigadores afirman incluso que reducir la exposición a las ondas electromagnéticas podría reducir los síntomas del autismo.
«Con los dramáticos aumentos de autismo registrados que coinciden en el tiempo con el despliegue de las tecnologías inalámbricas, necesitamos una investigación agresiva de los posibles vínculos Autismo/ CEM/RFR.
Las pruebas son suficientes para justificar nuevas normas de exposición pública referenciadas a niveles de exposición de baja intensidad (no térmicos) que ahora se sabe que son biológicamente perturbadores, y se aboga por prácticas de precaución firmes y provisionales.»
Aumentan el riesgo de depresión y suicidio
Unos 10 estudios han informado de una asociación entre la exposición a CEM y la depresión.
Las ondas electromagnéticas contribuyen al aumento de las tasas de depresión.
En algunos de esos estudios, los investigadores hallaron una correlación específica entre vivir cerca de una estación base de telefonía móvil y la gravedad de los síntomas depresivos.
En otro estudio, los investigadores analizaron al personal de la embajada estadounidense en Moscú que estaba expuesto a CEM, y descubrieron que había un aumento estadísticamente significativo de la depresión.
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